Gran sueño, pero como dijo Calderón los sueños, sueños son. Y así es, cuantos de esas personas que han abandonado sus países buscando una nueva vida han tenido que regresar porque aquí no encontraban ni trabajo, ni siquiera para comer. Cuantos estudiantes deben irse, tras años de formación, conseguir títulos y entregar cientos de curriculum ya cansados de no tener oportunidad optan por emigrar. Desesperados y cansados de ver como han pasado gran parte de su vida consiguiendo una suma de títulos, a los que les decían, cada uno es una llave se encuentran ahora con que no hay candado para abrir. Cuantas de esas personas que abandonaron sus países dejando todo, familia, hogares vienen a España a luchar de jornaleros, recogiendo aceituna, uva o demás labores que siempre hacían y ahora ya no quedan. Cuantas oportunidades se esfuman en este país, en el que una casa normal llegaba a costar 20 millones de las antiguas pesetas y ahora los sueldos no llegan a mil euros.
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