Recuerdo cuando en el aula de etica del instituto se hablaba de que la libertad mía terminaba en el lugar donde comenzaba la de la otra persona, sin embargo según avanza la sociedad creo que cada vez hay mas estúpidos que confunden esa palabra con su opinión es la que cuenta. En estos días pasados nada mas tenemos que ver como la muerte de un torero hace que algunos gilipollas, con perdón, salten a las redes sociales comentando estupideces que no saben a que vienen. La muerte de una persona no es un juego, que su profesión no nos guste no significa que queramos que se muera, a mi no me gusta cuando me paran los civiles, los agentes de hacienda, el del banco para pedirme dinero y por eso no les deseo la muerte.
Creo que somos conscientes de que nuestra libertad no debe perturbar a la del vecino, que no debemos tocar los cojones a las personas imponiendo lo que nos gusta, porque a mi me guste la carne no debo pensar que los vegetarianos o veganos están tontos,son retrógrados porque no compartan mis ideas. Estamos volviendo a la edad media, en la que un rey o tirano marcaba sus ideales y el que no los seguía era un hereje y había que matarlo. Creéis que unos ideales valen mas que la vida, si es así sois estúpidos.
Con tanto que nos creemos la especie mas evolucionada y vemos como los animales se respetan, luchan por la comida, por territorio pero no por que un semejante es de otro color, porque duerma mucho o simplemente porque hoy le caiga mal. En que nos diferenciamos de ellos, en que ellos viven en la naturaleza y sobreviven mientras que nosostros utilizamos los conocimientos para hacer la puñeta al vecino, ha hacer criticas porque me da envidia o a decir cosas que si se pensaran no se harían.
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