sábado, 16 de diciembre de 2017

Lo mio, ¿alguna vez lo ha sido?

Apenas puedo consierarme un ganadero, el numero de animales que encuentre en mi explotacion se reduce a unas cuantas cabezas de ganado, pero aun asi aunque cueste increible, incluso para la autoridad, todas legales. Se podria decir que mas que una pofesion es un hobby, algo que entretiene, algo donde invertir el poco dinero que se saca. Cada animal deja de ser un numero para ser un nombre, una historia, aunque los animalistas crean que no, eso es lo que realmente llega a pasar. Todo un año criando, todo un año invirtiendo en un sueño para que en cuestion de horas todo desaparezca. Un candado roto ya te avisa de que te puede faltar algo, unas fechas como estas y un pueblo en el que vive la mejor de la gente tambien te lo hace presagiar que todo lo que juntes en poco se te ira. Dos cabeza de ganado robadas, dos animales que en una estupida denuncia valen el precio de doscientos euros, un monton de carcajadas de un agente que no deja de hacer chistes sobre el presente o pasado de este ganado y una impotencia de quien a perdido lo que un dia creia que era suyo. Esta es la cruel realidad de una España en la que mi trabajo se pierde entre robos, desproteccion, faltas de respeto y una impotencia que te deja como al principio. ¿Es justo que aquello por lo que se lucha se lo lleven otros que sin dar palo al agua te lo quiten y queden impune hacia la ley? Antes diria que no, ahora quizas yo sea el culpable.

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